El Grinch se encuentra en plena celebración navideña, ataviado como Santa Claus y dispuesto a disfrutar de una cena especial junto a su fiel compañero, el leal perro Max. En esta encantadora escena, el Grinch ha preparado una opulenta cena navideña, con todos los manjares típicos de la época, desde un jugoso pavo hasta los más exquisitos postres.
Con un gorro de Santa Claus sobre su cabeza verde y una expresión de alegría poco común en su rostro, el Grinch se siente emocionado por la festividad que está a punto de disfrutar. Mientras tanto, Max, con su mirada llena de expectativa, espera ansiosamente su parte del festín, con la promesa de un delicioso trozo de pavo como recompensa por su lealtad.
La escena irradia calidez y alegría, mostrando un lado diferente del Grinch, uno que está dispuesto a abrir su corazón y compartir momentos especiales en esta época tan especial del año. Esta cautivadora representación, cuidadosamente elaborada por Jim Shore, captura la esencia misma del espíritu navideño, recordándonos que incluso aquellos con corazones un poco más pequeños pueden encontrar la verdadera felicidad en la compañía de aquellos a quienes aman.